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lunes, 29 de septiembre de 2025

Explicación Ap 3:5 en contexto bíblico.

 


Apocalipsis 3:5 explicado desde el contexto bíblico.


 ¿Qué significa “confesar nuestro nombre delante de su Padre”?

 Jesús como mediador, no como segunda persona.

- Jesús, siendo Dios manifestado en carne (Juan 1:1, 14), actúa como mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5), no como un intermediario entre dos personas divinas.

- “Confesaraquí significa reconocer públicamente a los vencedores como suyos, como parte de su cuerpo, como hijos de Dios.

 Delante del Padre = delante de si mismo ontológicamente, como el ser en la Deidad 

- En este pasaje Apocalipsis 3:5  se muestra al Padre” ontológicamente, como el ser en la Deidad, y al mismo tiempo, se muestra al hijo en su condición del pariente redentor el postrer Adan sin que se esté mostrando a dos seres divinos y distinto, si no su doble oficio en la redención de la humanidad.

Jesús, como Hijo, es la manifestación visible de de sí mismo el resplandor de su misma gloria hebreos 1: 3 y Colosenses 1:15.

Hebreos 1:3 Exégesis y Morfosintaxis.

> “El cual, siendo el resplandor de su gloria y la imagen misma de su sustancia…” (Heb 1:3)

  Análisis morfosintáctico.

- “Siendo” (ὢν, participio presente activo): indica una condición continua, no un cambio.

 Jesús es lo que se describe.  Resplandor” (ἀπαύγασμα): literalmente “emanación” o “irradiación”. 

No es un reflejo externo, sino la luz que emana si mismo como la fuente misma como el Padre.

 Como la luz del sol no es separada del sol, así es Jesús revelado, la expresión Padre.

- “Imagen misma” (χαρακτὴρ τῆς ὑποστάσεως): 

  - Charaktēr = impresión exacta, como un sello que reproduce la forma del original.

  - Hypostasis = esencia, sustancia, realidad subyacente. 

No es una “persona” en el sentido trinitario, sino la identidad esencial del padre.

 Conclusión exegética: El texto afirma que Jesús es la expresión visible, exacta y sustancial del Padre invisible.

 No dice que es “otro” o “distinto”, sino la manifestación exacta de la misma esencia.

 . Colosenses 1:15 — Exégesis y Hermenéutica

> “Él es la imagen del Dios invisible, (Col 1:15)

 Análisis morfosintáctico.

- “Imagen” (εἰκὼν): más que una semejanza superficial.

 En griego clásico y bíblico, eikōn implica representación visible de una realidad invisible. 

Jesús no es una copia, sino la manifestación visible del Dios que no se puede ver  Juan 1:18; 14:9).

- el “Dios invisible”: el Padre, que nadie ha visto jamás como Espiritu (Juan 1:18). 

Jesús lo revela plenamente como un hombre verdadero y autentico.

- “Primogénito (πρωτότοκος): no significa “el primero creado”, sino el preeminente sobre la creación y , el heredero como el postrer Adán o Dios manifestado, el que tiene autoridad sobre todo (cf. Salmo 89:27). 

En contexto judío, el primogénito es el que representa al padre y hereda su posición.

Hermenéutica contextual...

- Pablo está combatiendo ideas gnósticas que negaban la divinidad plena de Cristo. Por eso afirma que toda la plenitud de la Deidad habita corporalmente en Él (Col 2:9).

- Por tanto, confesardelante del Padre” significa que en la humanidad glorificada de Cristo como el postres Adán y representante a favor de la raza humana, reconoce a los redimidos ante si mismo en su plenitud de Dios y Padre. (Colosenses 2:9).

Ahora alguien dirá pero eso es imposible que él pueda ser al mismo tiempo el hijo como Dios manifestado en carne, y al mismo tiempo el padre como Dios en la plenitud de la deidad.

pero les recuerdo que estamos hablando del todopoderoso libre de toda limitacióny aparte de eso un solo Jesús pudo ser el cordero pero al mismo tiempo el sacerdote, pudo ser el camino y al mismo tiempo la puerta, pudo ser el león y al mismo tiempo el cordero. etc.

 Confesión como acto judicial y escatológico

- En el juicio final, Jesús se presenta como el Juez justo (2 Corintios 5:10), y su confesión es una declaración de justicia y pertenencia.

- Esta confesión no es una conversación entre dos seres divinos, sino una manifestación del juicio divino desde la humanidad glorificada de Cristo, ante los ángeles y si mismo, así como seremos presentados ante si mismo como la esposa limpia sin mancha.

Ef 5:27: "a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha."

Col 1:22: en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;

Tit 2:14: "quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras."

 Coherencia con Juan 14:9–10

- Jesús dice: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre… el Padre que mora en mí, él hace las obras”.

- Esto confirma que toda acción de Jesús, incluso confesar nombres, es hecha por si mismo a través de su manifestación humana.

Implicación doctrinal.

La confesión de nuestro nombre “delante del Padre” es: Un acto de revelación divina: Dios, en su manifestación humana, reconoce públicamente a los redimidos.

- Un acto de justicia: Jesús, como juez, declara la salvación de los vencedores ante los ángeles y ante su propia Deidad.

- Una confirmación de identidad: El Dios único, que se manifestó en carne, nos reconoce como suyos en el día final.

Cristo como manifestación del único Dios

- En la teología de la unicidad, Jesús es Dios manifestado en carne (1 Timoteo 3:16). 

El término “Padre” no implica una persona distinta, sino  de si mismo ontológicamente como el ser en la deidad eterna.  (Juan 14:10).

- Cuando Jesús dice “mi Padre”, está hablando desde la perspectiva de Dios manifestado en carne como Emmanuel.

No es una conversación entre dos personas divinas, sino una distinción entre sus dos formas de existencia, entre la humanidad de Cristo y su divinidad.

 Confesar delante del Padre..

- “Confesaré su nombre delante de mi Padreno implica que Jesús sea otro distinto al padre.

Jn 14:7: "Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto."

 En Juan 10:30, Jesús afirma: “Yo y el Padre uno somos”.

- Esta confesión es una acción judicial del Mesías como juez (Hechos 17:31), quien como Dios encarnado tiene autoridad para declarar justos a los vencedores.

 Los ángeles son testigos del juicio.

Lc 12:8-9: "Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios; mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios."

 Libro de la vida y autoridad divina.

- El hecho de que Jesús tenga autoridad sobre el “libro de la vidaindica que Él es el Dios que da vida eterna. 

Solo Dios puede inscribir o borrar nombres del libro (Éxodo 32:33), y aquí Jesús lo hace, mostrando que Él es ese Dios.

- Esto refuerza la unicidad: Jesús no actúa como subordinado, sino como el Dios soberano que salva, juzga y recompensa.

 Contexto de Apocalipsis.

- En Apocalipsis 1:8, Jesús dice: “Yo soy el Alfa y la Omega... el Todopoderoso”. 

Esta declaración conecta directamente con el Dios del Antiguo Testamento (Isaías 44:6), mostrando que Jesús es el único Dios revelado en forma humana.

- Apocalipsis 3:5 debe leerse en ese marco: el que confiesa es el mismo Dios que salva, no una segunda persona.

 Conclusión doctrinal.

Apocalipsis 3:5 no contradice la unicidad de Dios

Al contrario, la autoridad judicial, la confesión ante el Padre, y el control del libro de la vida son funciones que solo el único Dios puede ejercer. 

Jesús, como Dios manifestado en carne, cumple estas funciones, no como una segunda persona, sino como el único Dios revelado en forma humana.

 es doctrinalmente coherente y bíblicamente sólida dentro del marco de la unicidad de Dios,  Apocalipsis 3:12 y 3:21 desde una perspectiva cristológica funcional, donde Jesús, como Dios manifestado en carne, asume la condición humana para representar, redimir y glorificar a la humanidad.

 Vamos a desglosarlo con precisión:

 Apocalipsis 3:12 y 3:21 en clave de unicidad

 “El templo de mi Dios” y “el nombre de mi Dios (Ap. 3:12)

- Jesús habla como el Hijo encarnado, no como una segunda persona divina.

 Al decir “mi Dios”, está hablando desde su humanidad, reconociendo la naturaleza divina que lo habita (Juan 14:10).

- El “templo de mi Dios” no es un lugar físico, sino una realidad espiritual: el cuerpo de Cristo, la Iglesia (1 Corintios 3:16).

- Escribir “el nombre de mi Dios” sobre el vencedor es sellarlo con la identidad divina: el nombre de Jesús, que es el nombre del Padre revelado (Juan 17:6, Hechos 4:12).

 “Me he sentado con mi Padre en su trono(Ap. 3:21)

- No implica dos tronos ni dos personas divinas.

 Es una metáfora de autoridad compartida.

- Jesús, como el representante humano perfecto, ha sido glorificado y recibió autoridad (Mateo 28:18) como cumplimiento del plan redentor.

- Sentarse “con el Padrees participar del mismo poder y gobierno, no como otro Dios, sino como  Dios encarnado que venció y fue glorificado (Filipenses 2:9–11)....

esto es el cumplimiento profético que le fue dado a David..

1Cr 29:23: "Y se sentó Salomón por rey en el trono de Jehová en lugar de David su padre, y fue prosperado; y le, obedeció todo Israel."

..Sal 110:1: "«Salmo de David.» * Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies."

Hch 2:30: "Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de «su descendencia,» en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono,"

 Lc 1:32-33: "Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob «para siempre,» y su reino no tendrá fin."icación doctrinal: Jesús como representante humano.

1Co 15:24-26: "Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte."


- Jesús asume la condición humana (Hebreos 2:14–17)  para vencer como hombre  lo que perdió el primer Adan quien fue  un hombre verdadero,  y recuperar lo que el primer Adan había perdido en igualdad de condiciones derrotar al mismo enemigo.

Ese postrer Adan es el mismo Señor del cielo, no era solamente un hombre común como lo plantean algunas creencias. 1Co 15:47: "El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo."

 Ejemplo paralelo: Apocalipsis 2:26–28

- “Como yo también la he recibido de mi Padre” no implica subordinación eterna, sino función redentora.

- Jesús recibe autoridad como hombre, para otorgarla a los que vencen, cumpliendo el propósito eterno de Dios: llevar muchos hijos a la gloria (Hebreos 2:10).

 Conclusión: coherencia perfecta con la Biblia y la unicidad De Dios.

- Jesús habla como hombre, pero actúa como Dios.

- “Mi Dios” no implica otro ser divino, sino su existencia atemporal, naturaleza divina.

- Sentarse en el trono es participar de la autoridad divina, no compartir espacio físico con otro Dios.

- Los vencedores son columna, inscritos, sentados, y glorificados en el mismo Cristo, porque Él es el único Dios manifestado en carne.

¿Por qué Jesús dice “mi Dios” estando en el cielo?

 Jesús glorificado conserva su humanidad.

- Aunque Jesús ha vencido y está glorificado, no deja de ser hombre y cordero, Su humanidad no fue descartada en la ascensión; fue glorificada (Hebreos 4:15, Filipenses 2:9).

- Por eso, como hombre glorificado, puede decir “mi Dios” en referencia a la Deidad que lo habita eternamente (Colosenses 2:9).

 “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.” (1 Timoteo 2:5)  

 → Aún glorificado, sigue siendo “hombre”, y como tal, reconoce a Dios.

La distinción no es entre personas divinas, sino entre roles uo oficios, porque como el ser divino es el mismo ser padre que adhiere a su ser humanidad. 

- En la unicidad, no hay dos personas divinas.

 Hay un solo alguien o ser que se manifestó en carne. 1 tim 3:16.

 “El Padre que mora en mí, él hace las obras.” (Juan 14:10)  

 → Jesús no está separado del Padre, sino que el es el padre revelado en la faz de Jesucristo. 

Según hebreos 1:3 es la expresión misma del ser del padre.

3. La glorificación no elimina la función representativa

- Jesús es el representante eterno de la humanidad redimida.

 Su función como mediador y sumo sacerdote no cesa en el cielo (Hebreos 7:24–25).

- Por eso, sigue hablando como el que venció en carne, y como tal, reconoce a Dios desde su posición humana glorificada.

 “Como yo también la he recibido de mi Padre.” (Ap. 2:27)  

→ No porque sea inferior, sino porque asume la condición humana para redimirla.

10. La frase “mi Dios” es testimonio de la encarnación, no de subordinación.

- Jesús no dice “mi Dios” porque sea otro Dios aparte. Lo dice porque Él es Dios hecho hombre, y como hombre, nos representa.

- Esta expresión es una prueba de que la encarnación fue real, no simbólica. Jesús no solo pareció humano: fue verdaderamente humano, y como tal, reconoce a Dios.

 Conclusión doctrinal.

- Jesús está en el cielo, sí, pero como Dios encarnado, conserva su humanidad glorificada.

- Por eso puede decir “mi Dios” sin contradecir la unicidad, sino confirmándola:  

  Un solo Dios, manifestado en carne, glorificado como hombre, y representante eterno de los redimidos.

el mismo Ser divino, el Padre eterno, asumió humanidad como una nueva forma de existencia, sin dejar de ser omnipresente, eterno y único. 

Vamos a clarificarlo con precisión doctrinal:

 Clarificación: Jesús no es solo una naturaleza humana, sino el mismo Padre en forma humana

1. No es una dualidad de personas. 

- Jesús no es un hombre adoptado por Dios cómo enseña el adopcionismo y trinitarismo, ni una “persona distinta” del Padre.  

- Jesús es el mismo Ser divino, el Padre eterno, que adhirió humanidad a su ser, entrando en el tiempo y espacio sin fragmentarse ni dividirse.

>  “Dios fue manifestado en carne…” (1 Timoteo 3:16)  No dice “una parte de Dios” ni “una persona del Dios”, sino Dios mismo.

2. La encarnación es una nueva forma de existencia, no una delegación.

- El Padre no envía a otro ser: Él mismo se manifiesta en carne.  

- Esta manifestación no anula su omnipresencia: sigue llenando el universo, pero ahora también habita corporalmente en Jesús (Colosenses 2:9).

> “El Padre que mora en mí… (Juan 14:10)  

> → Jesús no es un contenedor vacío, sino la encarnación plena del Padre.

11. Simultaneidad divina: eterno y temporal a la vez

- El Padre eterno entra en el tiempo y espacio como hombre, sin dejar de ser eterno.  

- Esta simultaneidad es posible porque Dios no está limitado por la creación:  

  Puede habitar el cuerpo de Jesús y llenar el universo al mismo tiempo.

>  “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo: el Hijo del Hombre que está en el cielo.” (Juan 3:13)  

Jer 32:27: "He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿ habrá algo que sea difícil para mí?"

Jesús, como hombre, está en la tierra; pero como Dios, está en el cielo simultáneamente.

Jesús no es una máscara ni una función: es el Padre encarnado

- No hablamos de “Dios usando un cuerpo”, como un abrigo, sino de Dios en forma humana, una nueva forma de existencia simultánea. 

- Esta encarnación es real, permanente y glorificada.

 Jesús no dejó de ser hombre tras la ascensión:  

  Sigue siendo el Padre encarnado, glorificado, y mediador eterno.

 Conclusión doctrinal.

Jesús no es simplemente una “naturaleza humana” usada por Dios.  

Es el mismo Ser divino, el Padre eterno, que:

- Adhiere humanidad a su ser sin dejar de ser Dios.

- Entra al tiempo y espacio como hombre, sin abandonar su eternidad.

- Sigue siendo el único Dios, omnipresente y soberano, mientras actúa como hombre redentor.

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Soy David Urrea en su blog Análisis en contexto Através de la Biblia.

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El señor Jesús les bendiga: hasta la próxima.

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